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Un partido fuerte. Empecemos por el árbitro mexicano Felipe Ramos quien a mi opinión incidió en el partido. Estuvo bien en la expulsión de Henry por dura plancha a Romero, pero una falta similar cometió Silva a Viera, no obstante ni siquiera tuvo cartulina amarilla el "yorugua". En la segunda mitad un claro codazo en el rostro de Magallanes a Micut significaba un penal, pero otra jugada que no omitió el central azteca. Ya metidos en el encuentro los uruguayos y franceses salieron decididos, a su manera, a buscar el partido ya que habían perdido en su partido inaugural. Uruguay tuvo la más clara en las primeras de cambio con un remate de Recoba el cual pegó en Lebouf y milagrosamente alcanza a sacarla con el pie el arquero Barthez. Con la expulsión de Henry a los 25 minutos se pensaba un Uruguay yendo adelante aprovechando el hombre de más; sin embargo fueron los franceses quienes tomaron la manija del partido y tuvieron las mejores opciones incluyendo un tiro en el palo de Petit. Ya en la segunda mitad los equipos se estiraron, pero seguía el cuadro "galo" con la posesión de balón, mientras los uruguayos se resguardaban y esperaban explotar los espacios dejados atrás por los europeos para contragolpear con Abreu, Recoba y Silva. Finalmente, equipos estirados en busca del gol, sin filtros, con rotundos espacios que de no ser por las actuaciones de Carini y Barthez de seguro se hubiese desequilibrado la balanza. Un empate que no fue negocio, no aprovecharon la igualdad a primera hora de Dinamarca y Senegal. Una vez quedó ratificada la ausencia de Zidane, un motor enorme. A pesar del 0-0 un buen partido, lleno de calenturas y emociones.